Otro juego para sacarnos el niño interior: armá tu caleidoscopio y disfrutalo mientras lo armás. Sin cartón, sin espejos, cuentas o pegamento -aunque mucho menos divertido que armarlo por uno mismo con esos materiales-, una genialidad para entretenernos un rato. Hacé clic aquí [2] y sentite niño de nuevo.
Fuente: Microsiervos Juegos [3]