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Un desafío ético en arenas movedizas legales

El título del artículo en lainformacion.com [1] ya plantea desde el título el nudo de la cuestión: Un proveedor de Internet sueco desafiará las leyes ‘anonimizando’ todo el tráfico de sus clientes.

El proveedor de Internet sueco Bahnhof, nombre que trascendió mundialmente a partir de que el año pasado hospedó a Wikileaks en sus máquinas en su centro de datos de Estocolmo, ha vuelto ahora a las primeras planas con una propuesta para eludir la Directiva Europea de Retención de Datos. Esta polémica directiva obliga a todos los proveedores a guardar información sobre las conexiones de sus clientes, de allí el desafío de la propuesta. Así se explica en el mencionado artículo:

La directiva en cuestión se aprobó hace años en el parlamento de la Unión Europea, y en el caso de Internet se refiere a datos de los clientes y su navegación por la red. En los servidores del proveedor quedan normalmente archivados datos tales como las direcciones IP que visitan, el nombre y dirección del usuario y la hora, fecha y duración de las comunicaciones. La idea original tras esta legislación es que esos datos pueden ser utilizados únicamente para la «detección, investigación y persecución» de delitos relativos al terrorismo y al crimen organizado, por ejemplo comprobando por dónde navegaron en días anteriores los criminales tras producirse un atentado o un crimen de importancia similar.

Lo que van a hacer en Bahnhof es hacer pasar todo el tráfico de los clientes por una VPN (Red Privada Virtual) completamente cifrada mediante técnicas criptográficas seguras. De este modo, ni siquiera los propios operadores de Bahnhof sabrán por dónde navegan los usuarios, dado que no habrá registros (logs) que guardar: su navegación será anónima a todos los efectos. Esto, según sus directivos, ‘no hará muy felices a los lobbies de la propiedad intelectual’ que persiguen a quienes presuntamente infringen sus derechos solicitando sus datos personales para saber quiénes son, qué contenidos alojan y por dónde navegan.

La idea es sencilla: como el proveedor no sabrá lo que hace la gente, no habrá datos que guardar, ni nada útil que entregar ante el requerimiento de un juez. Nada menos.

Haciendo gala de una excepcional capacidad de ironizar sobre la situación, Bahnhof ofrecerá un servicio extra al que los clientes podrán optar voluntariamente: ‘dejar que te espíe el gobierno costará unos 8 dólares más al mes’.

Fuente: lainformacion.com [1]

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