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Frases

Libertad de expresión y dignidad

Hay libertad de expresión en nuestro país. A todos aquellos que dicen que no pueden expresar sus opiniones, les digo: si das tu opinión, debes asumir el hecho de que te pueden llevar la contraria. Expresar una opinión tiene sus costes. Pero la libertad de expresión tiene sus límites. Esos límites comienzan cuando se propaga el odio. Empiezan cuando la dignidad de otra persona es violada. Esta cámara debe oponerse al discurso extremista. De lo contrario, nuestra sociedad no volverá a ser la sociedad libre que es.
Angela Merkel, canciller alemana, en su mensaje al parlamento alemán en noviembre de 2019 (extracto)

Transformar la educación de emergencia en la normalidad es muy peligroso

¿Cómo evitar la ruptura total entre profesores y estudiantes? La única posibilidad son los cursos a distancia, telemáticos. Yo soy contrario a esa enseñanza, pero entiendo que es la única posible ahora. Sin embargo, escucho a rectores de universidad y pensadores que dicen que el coronavirus es la oportunidad de aprender, que el e-learning es el futuro. ¡Menuda sandez! Transformar la educación de emergencia en la normalidad es muy peligroso. La verdadera enseñanza no es virtual, sino en el aula, con el profesor mirando a los ojos del estudiante. Solo la mediación física, la palabra del maestro en clase, puede cambiar la vida de los estudiantes”.
Nuccio Ordine, escritor italiano, citado por Guillermo Jaim Etcheverry, médico, científico y académico, en «Las Clases».

Zuboff y el capitalismo de vigilancia

El capitalismo busca hace siglos cosas que no son aún parte de la dinámica del mercado para convertirlas en mercancías. Hoy tenemos un nuevo mundo, el digital. Pequeñas compañías intentaron averiguar cómo hacer dinero en él. Hubo una burbuja por las puntocom y explotó. Las compañías estaban desesperadas y los inversores se retiraban. En esa emergencia las compañías no tenían tiempo y en Google descubrieron un bosque virgen como nuevo espacio de extracción y mercantilización: nosotros, sobre todo nuestras experiencias privadas. Han plantado sus banderas en nuestras vidas. Y han dicho que es su material bruto y gratis, sus activos privados que vender como mercancía. Así nace el capitalismo de vigilancia y explica las capitalizaciones de Google, Facebook, cada vez más de Amazon, Microsoft, Apple y miles de compañías no solo en el sector tecnológico. El CEO de Ford dice que quiere atraer financiación como la de Google y Facebook pero nadie está interesado. Así que cambiarán Ford y será un sistema operativo de transporte que extraerá datos de la gente que conduce sus coches y los agregará con lo que tienen de ellos en Ford Credit para crear grandes bases de datos y atraer inversores. Es el dividendo de la vigilancia. (…) Con el 11-S se dejó de discutir en el Congreso sobre protección de derechos de privacidad. A esas compañías ya conocidas por su asalto a la privacidad se las dejó que se desarrollaran de manera que invadieran nuestra privacidad porque las agencias de inteligencia en EE.UU. y Europa, que no pueden recolectar esos datos, los obtendrían de ellas. Así, el capitalismo de la vigilancia ha tenido 20 años para desarrollarse sin ninguna ley que lo impida y se ha hecho tan peligroso para la gente, la sociedad y la democracia.

Shoshana Zuboff, catedrática emérita de la Harvard Business School, quién acaba de publicar ‘La era del capitalismo de la vigilancia’, en La Vanguardia

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