La Ley de Desinversión en Combustibles Fósiles, aprobada con el apoyo de todos los partidos en la cámara baja, convierte a Irlanda en el primer país del mundo a comprometerse con la retirada de dinero público invertido en empresas de petróleo, carbón y gas.
La ley, que se deriva de más de dos años de trabajo del diputado Thomas Pringle, de la ONG Trócaire y otros grupos de la sociedad civil, activistas y estudiantes, y de la Red Global de Acción Legal (GLAN), va a obligar al Fondo de Inversión Estratégica de Irlanda (ISIF) a vender sus inversiones en la industria de combustibles fósiles global, que en junio de 2017 estaban cerca de los 318 millones de euros (US$372 millones) distribuidos en 150 empresas en todo el mundo.
Gerry Liston, director jurídico de GLAN, que redactó el proyecto, afirmó que «los gobiernos no cumplirán con sus obligaciones bajo el Acuerdo de París sobre Cambio Climático si continúan sosteniendo financieramente la industria de combustibles fósiles. Países de todo el mundo deben ahora seguir con urgencia el liderazgo y la desinversión de Irlanda de los combustibles fósiles».
Esta ley va a impedir que el dinero público sea invertido contra el interés público, y envía una señal clara nacional y globalmente de que la acción sobre la crisis climática necesita ser acelerada urgentemente, empezando con la eliminación de los combustibles fósiles, según explican los especialistas.
«Irlanda fue clasificada como el segundo peor país de Europa para la acción climática, por lo que la aprobación de esta ley es una buena noticia, pero también tiene que indicar un cambio significativo de ritmo sobre el tema», señaló Éamonn Meehan, director ejecutivo de la ONG Trócaire. Y añade: «debemos hacer todo lo que podamos para evitar que el cambio climático revierte las décadas de progreso en la reducción de la pobreza en todo el mundo».
Fuente: América Economía